viernes, 22 de enero de 2010

el hombre que salió vivo de la horca


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Corría el año 1802 cuando un soldado fue condenado por un tribunal a la pena capital. Sus delitos eran el robo y el homicidio. Y como así lo había dictaminado el juez correspondiente, en la Plaza Mayor de Valladolid se dispusó todo para su ahorcamiento...

Y efectivamente se ahorcó a aquel soldado, cuyo nombre era Mariano Coronado. Una vez ahorcado, y creyendo que su alma había ascendido (o descendido) definitivamente, se bajó el cuerpo de la horca y las Hermanas de la Caridad se hicieron cargo del cuerpo, que iba camino del féretro cuando movió una mano.

Volvió a la vida poco a poco y se se planteó el gran problema. ¿Lo reahorcamos? se preguntaron. Y después de sesuda reflexión se decidió que había cumplido con la justicia. Había sido condenado a la horca y había sido ahorcado, por lo que su pena estaba satisfecha.

Sorprendentemente salió libre de aquel trance nuestro amigo Mariano. Pero no acaba aquí la cosa, porque después del hecho se procesó al verdugo, por considerarlo culpable de la "vida" del reo.

Afortunadamente, el juez concluyó que había hecho bien su trabajo y que la culpa del "desafortunado" hecho residía en haberlo bajado demasiado pronto de la soga.En conclusión, que el condenado a la horca fue ahorcado y con eso cumplió la pena. ¿Salio vivo? No era su problema.

Curioso, verdad? Esa debe ser la diferencia entre una condena a la horca... y otra condena a morir en la horca... digo yo! Espero que te haya resultado interesante la historia. Muchas gracias por tu visita... y por tu solidaridad con mi pagina jeje.

Fuente: curistoria

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