¿Cuánto hay que dormir cada día?

Unos necesitan 6 horas y otros no pueden vivir sin dormir más de 8 horas, cada persona es diferente, descubre cuántas horas de sueño necesitas para estar bien

El sueño cambia a lo largo de la vida, un recién nacido duerme todo el día y según crecemos vamos disminuyendo las horas de sueño que necesitamos.

Los expertos recomiendan dormir 8 horas para una persona adulta, pero hay personas que están bien durmiendo 6 horas y otras que necesitan dormir 10 horas.


El sueño en la situación ideal se ha estudiado en las tribus de cazadores-recolectores, ellos aprovechan las horas de la noche para dormir hasta el amanecer, y durante el día también descansan en pequeñas siestas de media hora repartidas a lo largo del día. La verdad es que aprovechan cualquier momento para echar una cabezadita.

Las personas deportistas necesitan dormir un poco más que las personas poco activas. Durante el sueño se reparan los tejidos, se libera la hormona del crecimiento que ayuda a fabricar masa muscular y además dormir ayuda a controlar el apetito y a mantener el peso.

Los deportistas profesionales incluyen la siesta en su entrenamiento, algunos como Paula Radcliffe pueden llegar a dormir 13 horas al día, con una siesta de 2 ó 3 horas después de comer para reponerse y estar lista para el segundo entrenamiento del día.


Como cada persona es diferente, y la mayoría de nosotros somos deportistas populares y tenemos que trabajar para vivir, es importante descubrir cuantas horas necesitamos dormir cada día para tener energía para trabajar, hacer ejercicio y vivir nuestra vida sin arrastarnos por el suelo.

La situación ideal para descubrir las horas de sueño que necesitas es en vacaciones, sigue entrenando y acuéstate temprano para que puedas levantarte de forma natural sin despertador.

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Si eres de las personas que necesitan dormir poco, puede que con 6 ó 7 horas te encuentres perfectamente.
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O al revés puede que descubras que eres de las personas que necesitan 10 horas para rendir a tope, entonces deberás acostarte más temprano cuando trabajes o dejar un hueco para la siesta después de comer para cumplir con tus horas de sueño.